martes, 2 de noviembre de 2021

Macron da más tiempo a Johnson para evitar el choque comercial

 


París y Londres han demostrado una vez más que nada en torno al Brexit es fácil ni antes ni después de la traumática salida del Reino Unido de la Unión Europea. El último ejemplo son las licencias pesqueras. Francia había amenazado con imponer, a partir de este martes, represalias si el Reino Unido no emite las muchas licencias que asegura siguen faltando para que sus pescadores puedan seguir faenando en aguas británicas. Lo hizo con tiempo, la semana pasada, consciente de que hasta el ultimátum habría múltiples posibilidades de negociaciones al más alto nivel: el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Boris Johnson, coincidieron el fin de semana en Roma en la Cumbre del G-20 y el lunes en la inauguración de la COP26 en Glasgow. Ante las cámaras, ninguno dio muestras de ceder, pero a puerta cerrada los equipos negociaron intensamente toda la jornada. Cuando quedaban solo unas horas para que se cumpliera el plazo final, Macron anunció que se paraba el reloj. Las negociaciones continuarán este martes y, aunque la amenaza de sanciones sigue pendiente, no se harán efectivas al menos hasta el jueves.

Las conversaciones “continuarán mañana” (por el martes), dijo Macron desde Glasgow a periodistas franceses. Mientras tanto, el ultimátum de la medianoche queda frenado. “No vamos a imponer sanciones mientras negociamos”, explicó, citado por la agencia France Presse. “Veremos dónde estamos mañana a final del día para saber si las cosas cambian”, agregó abriendo una puerta a la esperanza de que el pulso acabe en unas horas. “He comprendido que los británicos van a presentarnos mañana otras propuestas”, acotó.

Poco después, el Elíseo confirmó además que el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Clément Beaune, ha invitado al negociador británico con la UE, David Frost, el jueves a París, para “una discusión más profunda sobre las dificultades a la hora de aplicar los acuerdos entre la UE y Reino Unido”. Hasta entonces, no habrá sanciones. “Para permitir que continúe el diálogo abierto, las medidas anunciadas y preparadas por Francia no serán aplicadas antes de esa reunión y del análisis de las nuevas respuestas británicas relativas a las licencias de pesca”, explicó el propio Beaune en Twitter.

Hasta estas primeras señales de distensión, todo apuntaba a que Europa estaba al borde de un nuevo choque comercial con Londres.

Johnson es el rey de las metáforas, siempre que se ajusten a sus propios intereses políticos. En la Cumbre del Cambio Climático en la ciudad escocesa de Glasgow, el primer ministro británico describió a los países participantes como un James Bond —el agente escocés al servicio de Su Majestad— que debe elegir qué cable cortar para evitar que estalle el artefacto de la catástrofe. En este caso, la catástrofe climática. Sin embargo, ante la urgencia más inmediata, la colisión diplomática con Francia por el conflicto pesquero en aguas del canal de la Mancha, Downing Street parecía decidido agitar el explosivo.

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